lunes, 17 de febrero de 2014

Buenas... Éste tema lo he dejado muy aplazado, pero veo conveniente su publicación visto que detesto que temas de ésta naturaleza, sean hojas que se lleva el viento. Hace unos meses hubo una interpelación al ministro de defensa, Pedro Cateriano. No vengo a hablar mucho de lo que se preguntó, sino de las cosas que muestran que nuestra política está en una época de pañales en el plano de la madurez.
Una vez que el ministro terminó con la última pregunta un grupo de congresistas se quejaron pidiendo que de otra respuesta, llegando al punto de parecer niños de pre-escolar gritando y pidiendo atención, llegando al punto de que el Presidente del Congreso diga: "por favor congresista, estoy hablando" como una profesora  que quiere mandar a callar a sus alumnos chillones.
Primero que nada me sorprende que los congresistas, más allá de lo que haya respondido, pidan una respuesta diferente, ¿qué no saben ellos que eso es imposible a menos que el ministro lo desee? Eso demuestra, en primer lugar, la ignorancia de nuestros congresistas, su falta de diplomacia, su inmadurez a la hora de querer demostrar su punto de vista, y no me hagan empezar con Mauricio Moulder.
Él es el ejemplo perfecto de lo que es el aprismo en la actualidad: un partido que solo se vale de sus argollas, que no piensa en el futuro y que solo piensa en las ganancias actuales, no en la prosperidad continua. Ante una ideología sin pies y cabeza quieren hacerla prevalecer siendo estúpidamente asertivos, con la única intención de demostrar una seguridad falaz que no esconde su minoría en el gobierno actual.
Como pueden ver, tanto los congresistas nacionalistas, como los fujimoristas y apristas, tienen muchas cosas que desear. Tengamos en cuenta que el señor ministro no fue ahí por las puras, hubieron motivos, que dejaron dudas en su labor como ministro. Finalmente todos hacemos errores, solo queda aceptarlos y corregirlos, en vez de perder tiempo en banalidades como interpelaciones. Gracias y buenas noches.

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