Buenas... Siguiendo con la última parte de la pequeña trilogía de ésta vuelta a clases, vamos a ver el último tema del que les quiero hablar con respecto a volver al colegio. Una vez que ya terminaste de matricularte y comprar los útiles, queda una cosa: comprar el uniforme escolar. Explicaré todo el proceso y mi opinión sobre ésta norma escolar.
Primero que nada hay que probarse la ropa del año anterior a ver si aún te queda el uniforme, si es así pues te has ahorrado la molestia de irte a probar la ropa y le ahorraste la molestia a tus padres de ir a pagar el bendito uniforme escolar. En la ropa no te quede bien o simplemente se haya perdido o la hayas quemado, tienes que ir a comprar.
Comprarla es un verdadero fastidio. Primero porque muchas veces no te queda porque has subido de peso y te incomoda cuánto has subido de peso a partir de cuantas tallas más eres ahora, segundo porque te da un poco de incomodidad tener que quitarte parte de tu ropa en un lugar público, que a pesar estés protegido por una tela oscura, te sigue perturbando.
Una vez que te ahorraste todo el roche felicidades ya tienes ropa nueva. Ahora sí, el punto principal. Si fuera un director escolar no haría que los alumnos vayan en uniforme. Obviamente es una forma para que la escuela gane más dinero pero haces que gran parte de los estudiantes pierda lentamente sus sentido de identidad con respecto al mundo, cosa que al final va a ser costoso en el plano emocional.
En fin espero que les haya gustado esta entrada. El jueves ya les hablaré en un plano más personal sobre la vuelta a clases. Si les gustó la entrada pasen el blog a sus amigos y no se olviden por favor se subscribirse porque así me ayudan y me motivan a seguir escribiendo. Muchas gracias a todos y que tengan buenas noches.
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miércoles, 20 de febrero de 2013
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