Para mí hay
dos clases de supersticiones, las clásicas y las mortales. Las clásicas son las
de no pisar zanjas, no botar la sal, no pasar debajo de escaleras, no meterse
con gatos negros, (¿Racismo felino?) todo esto, según su relevancia te dan años
de mala suerte. Lo peor es que las cosas
más estúpidas si son buena suerte, si pisar zurrada de perro o un ave te zurra
encima, es buena suerte. Con buena suerte como esa prefiero tener “mala
suerte”.
Luego están
las supersticiones gigantes, como por ejemplo la más sonada, el fin del mundo
en el 21/12/2012. Realmente no sé cómo explicarlo, ya se. Desde el inicio de
los tiempos a todos nos dicen que se acabará el mundo, y nunca ha pasado,
seguimos existiendo, esta “profecía” del 2012 es una de muchas que ha habido,
por la cual no sé cómo la gente las cree, pero como decía un familiar: Hay cada
huevon en este mundo….
En mi
opinión general la suerte es simplemente algo variable, existe, pero no creo
que cosas que hagamos la afecten. Si es que algunas cosas que suceden son muy
positivas como muy negativas es simplemente coincidencia, la suerte… me
arriesgaría a decir que ni siquiera existe, en fin. Lo único que me gusta de
todo esto son las risas que me provocan las personas que dedican toda su vida a
las supersticiones y luego fallan, como los ingenuos que se asustan cada
viernes 13, que por casualidad es mi día con eventos más positivos en mi vida,
eso sí es “buena “suerte”. (Risas)
Bueno amigos
eso ha sido todo por hoy espero que les haya gustado la entrada y que se pongan
a pensar un poco en eso de la suerte. Haré otra entrada dedicada solo al
21/12/2012, debido a las ganas que tengo de hablar de esto. Sigamos con la
tradición de mandar el link de este blog a sus amigos para que nuestra legión
siga creciendo poco a poco como sorprendentemente lo está haciendo. Solo me
queda decirles gracias, tengan buenas noches.
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